Asideros del abismo

Asideros del abismo
Robert Crumb

viernes, 29 de abril de 2011

Hai-ku perplejo


Hai-ku perplejo

¿Cómo es posible
que ya te hayan comido,
segundo plato?

lunes, 25 de abril de 2011

Refugio refulgente



Refugio refulgente

Tengo miedo a salir de este refugio
hecho de piedra oscura, avituallado
de un pan que ya me ha roto un par de dientes
y un agua que erosiona las entrañas.

No sé lo que me espera en extramuros:
si unas ruinas señal de apocalipsis
o una urbe con palacios, catedrales
que al fin la humanidad en paz habite.

¿Qué rayo de qué luz se me ha infiltrado
por un resquicio que hizo un arañazo
en tiempos en que no me resignaba

-cigarro iluminando el cuarto oscuro
de mi alma como el de una discoteca
que tiembla y que padece aluminosis-,

pirómana que ejerces de bombera?

jueves, 14 de abril de 2011

Soneto roto


Soneto roto

Se me ha roto un poema contra el suelo
ansioso como estaba por llegarte:
cuidado con los versos no te cortes,
recojo todo yo, no entres descalza.

Con él logré decirte que te quiero
de forma tan sutil y convincente
que no te iba a quedar otro remedio
que actuar a tu pesar y perdonarme.

Y ahora hay que barrer todo este suelo
sembrado con las sílabas trocadas:
sopa boba de letras, un soneto

que pudo ser distinto y va directo
a aterrizar al mismo, al solo, al único
versedero apestoso al que van todos.

miércoles, 13 de abril de 2011

¿Qué si no?


¿Qué si no?

La mano al corazón, séte sincera,
¿Qué esperabas de mi en algo distinto
a esta forma de obviar las consecuencias
y escapar con lo puesto cuando acechan

(decir que voy a ver qué es lo que pasa
y no volver -como esa profesora
que abondonó al oir la alarma el aula
tras sospechar que no era un simulacro-),

si nunca te oculté mis intenciones
-mi turbiedad rebrota transparente,
mis ojos al nacer no eran tan negros-,

si al fin y al cabo sólo soy un hombre
descendiente de Adán: ese acusica
que delegó su culpa 'ha sido Eva'

con restos de manzana entre los dientes?

miércoles, 6 de abril de 2011

Filosofía clásica

 
Filosofía clásica

Te piensas que se puede de repente
-que basta con seguir como hasta entonces
y hacer como si no hubiera pasado-,
entrando sin llamar por la gatera

-jarrón chino que tras el balonazo
el niño ha convertido en obra abstracta
rezando porque así no se den cuenta
sus padres cuando vuelvan de la compra-,

volver y pretender que te reciba
-'decíamos ayer': Fray Luis de pega
con clases que no añora el alumnado-

volver sin más ni más, como si Heráclito
hablara por hablar, fuera un cualquiera
y no anunciara ya que te verías

nadando en el vacío algo más vieja.

domingo, 3 de abril de 2011

Afeitado


Afeitado

Tiene un aire de enmienda el afeitarse,
de crédito pedido ante el espejo,
de operación estética casera,
borrón y cuenta nueva de tu rostro

-no ignoro que según te pille el día
la cuchilla presenta un doble filo,
pero hay que rasurar la mala hierba
que sólo desarraiga tras la muerte-.

¿Volverán al hacer las abluciones
-espinas que arrastró la cañería
y acribillan la faz cada mañana-?

¿Qué castigo arrastramos, tristes Sísifos
condenados a siega interminable?
La barba es el erizo de los besos:

flechas de Dorian Gray desde la calavera.