viernes, 21 de octubre de 2011
Nada como el hogar
Nada como el hogar
No soy quien crees: lo siento, te equivocas
de persona si piensas que esta máscara
con arrugas surcadas de desprecio
y ojeras como aludes de tragedia
guarda un fondo mejor que la apariencia
-diamante en bruto criogenizado
que aguanta aislado la temperatura
del punto más candente del infierno-.
No soy quien piensas: choca -aunque lo fuera
te ibas a cansar pronto de este débil
hombrecillo escondido tras su biombo
que se abrasa de amor y cuyos trucos
no engañan al merluzo espantapájaros,
al león cobarde, al hombre de hojalata-
tres veces el tacón de tus zapatos.
Publicado por
Raúl Sánchez
en
2:14
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Etiquetas:
El mago de Oz,
Poemas,
Soneto blanco
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