jueves, 17 de mayo de 2012
Iluso
Iluso
Pensaba que ahora sí, que era distinto,
que iba a poder dormir y que tocaba
perder y hacer las paces con la vida
a tiempo de asumir (ya te ha llegado
la hora de aceptar que no eres nadie
-expósito de un dios desapacible
que evita hacerse cargo y de una enferma
parturienta violada que te arrojan
contra esta inclusa hostil: globo terráqueo
bajo el punto de mira de una aguja
en manos de un bufón que quiere darle
un susto al dios-: claudica) una derrota
que deje al menos piedra sobre piedra
tambaleante, frágil, quebradiza,
sin fuerza más que la de la costumbre.
Publicado por
Raúl Sánchez
en
22:34
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Etiquetas:
Pasión y boda de Pamplinas (El ingenuo),
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