Asideros del abismo

Asideros del abismo
Robert Crumb

martes, 28 de junio de 2011

Suerte


Suerte

Lo cierto es que ciñéndome a los hechos
no puedo ni siquiera echar la culpa
-qué mas quisiera yo...- a la mala suerte
-...tener una coartada irreprochable-.

La culpa, de verdad, es de la buena,
de la que siempre pasa por mi lado
y aparta de mi ruta a los amigos
que van siendo su objeto de elección.

No tengo queja alguna de mis padres
-que al fín y al cabo siempre han permitido
que hiciera con mi vida lo que pueda-,

ni cargo mi conciencia con pecados
que traigan el infierno en su recuerdo.
Sé bien lo que me falta y lo que busco:

la mancha inoculada de belleza.

lunes, 27 de junio de 2011

¿Cómo?


¿Cómo?

¿Cómo definirás el resultado
-tú que piensas que tienes las palabras
precisas y adecuadas para todo
en el momento que abres tu libreta-:

'rescoldos de las ruinas demolidas'
o tal vez 'decepción pronosticada',
quizá 'es hora de hacerte ya a la idea
-te ha llevado tu tiempo darte cuenta

(llegaste a oscuras sin abrir los ojos
con guías que te dan pistas climáticas
-caliente, que te quemas- al infierno)-:

la vida es una diosa adolescente
que dice Fóllame con la mirada
(Perdona, no era a ti en sus parpadeos)'?

jueves, 23 de junio de 2011

Slippery when wet


Slippery when wet

Saliendo de la cama -tras la siesta-,
cruzando sin pensar por el pasillo,
al traspasar la puerta del servicio,
descalzo, he resbalado y me he caído

(las piernas como hojas de tijeras
abiertas contra el suelo en equilibrio
-la imagen se ha hecho eterna en mi cabeza-
cual títere arrojado en el baúl,

la punta del talón y la rodilla
de cada extremidad que me ha fallado
haciendo de peana improvisada).

Me he sentido lo mismo que un chiquillo
sin percibir aún que se ha perdido
que acaba de mezclar sangre y asfalto

y no rompe a llorar, pues nadie mira.

miércoles, 22 de junio de 2011

Póstumo e inédito


Póstumo e inédito

Sólo leo a los muertos, a los clásicos,
aquellos cuya estampa permanece,
que no me hacen perder mi tiempo -el oro-,
pues sé muy bien que el suyo ya ha pasado.

Los nuevos escritores resplandecen
cual flor de un solo día, decadencia
marchita de raíz, fugaz fragancia
que ya no huele al poco abierto el frasco.

Otro fin les espera a mis poemas
que tan devotamente he ido escribiendo
el día que alguien llegue a publicarlos

(mis hijos, por ejemplo, -si los tengo-
al verlos apartados como única
herencia que les deje al esfumarme).

lunes, 20 de junio de 2011

Hai-ku

 
Hai-ku

Suena el portazo
-salí tras tu fantasma-:
las llaves dentro.

jueves, 16 de junio de 2011

A modo de disculpa avergonzada


A modo de disculpa avergonzada  

Nos hemos hecho mucho, tanto daño.
Tendría que llamar para pedirte
perdón, consuelo, amor, partir de cero,
volver a equivocarnos si hace falta.

Decirte que hace tiempo que no puedo
seguir pensando en ti sin que me duela
-la piedra en el zapato del cerebro-
y no te sé sacar de mi cabeza,

que pesa como el plomo la hojarasca
de páginas que caen del calendario
inútil -porque el tiempo se ha parado-.

Tendría que llamar, decirte, verte,
lanzarme y no esperar que te decidas,
tragar orgullo y dar el primer paso:

oriéntame este barco a la deriva.

Narciso


Narciso

¿Dónde tienes, Narciso, la cabeza
que no hay quien te separe de la orilla?
¿No ves que hay algo más que tu reflejo
extendido en el agua como red?

¿Tú que mueres de sed frente al arroyo
por no quebrar la imagen que proyecta,
que dudas entre dar sorbos o besos
a este pozo azogado que es tu abismo;

por qué no te remites a la música
de los ojos de Eco y no a la letra
burda y superficial que tú le dictas?

¿Ignoras que los dioses te reservan
de la mano de Némesis -Envidia
según la bautizaron los romanos-

castigo acorde a amor que has desdeñado?

miércoles, 15 de junio de 2011

Hai-ku del plagio involuntario



Hai-ku del plagio involuntario

De que éso mismo
lo ha dicho ya alguien antes
te enteras luego.

martes, 14 de junio de 2011

Colegas


Colegas

'Olvídate: nos quieren infelices
-canjean por dolor cada caricia-,
volviendo del infierno a por sus besos,
conscientes de que no las merecemos.

Les gusta que nos sangren las rodillas
a base de rezar a quien no escucha
y luego, como madres protectoras,
calmarnos: curasana, curasana.

No finjas que te coge por sorpresa:
tendrías que empezar a acostumbrarte
-admite que, si no, no es divertido-.

Ignórala tú igual que hace contigo,
no dejes que te amargue la existencia
y vamos a tomarnos unas copas'.

Entonces ya la amaba a mis espaldas.

domingo, 12 de junio de 2011

No hay manera


No hay manera

He probado terapias vanguardistas,
remedios de la abuela, esoterismo,
drogas para suplir carencias químicas,
agujas de vudú y de acupuntura;

he entregado sin darles más avales
que el par de dedos rotos con que escribo
todo lo que gané -he pedido préstamos
que no podré saldar en veinte vidas-;

y no consigo nada, nunca, nada,
me sale todo mal contínuamente
-alud que cae y expande su fracaso-:

persiste aún incrustrado tu recuerdo
igual que una ballena que ha varado
en un angosto tramo de mis venas

(empiezo a preparar la dinamita).

viernes, 10 de junio de 2011

Ya


Ya

Debiera dar el paso, es mi momento,
la hora de alcanzar a los relojes,
suplir al guardagujas de mi sino:
jamás voy a sentirme tan en forma.

Llevo años realizando estiramientos,
toreando carretillas encornadas,
nadando con manguitos por la orilla,
rezando pío a Dios para que exista.

Lo tienes a tus pies, si no es ahora
vendrá alguien peor que tú que te lo quite
y goce de tu esfuerzo y de tus lágrimas.

Lo vas a conseguir, en plena crisis,
sabrás ganar cumpliendo con sus reglas:
verás como se quedan boquiabiertos,

colgando entre sus dedos tu crisálida.

lunes, 6 de junio de 2011

Me duele aquí

 
Me duele aquí

Este dolor de espalda que me punza
contínuamente a cada leve esfuerzo
me gusta porque es físico, evidente:
lo puedo señalar a los doctores.

Sé su origen: dos años de trabajo
de mozo en una fábrica de pienso
cargando al día quince toneladas
a tres milésimas de euro el kilo.

Lo tengo que arrostrar toda mi vida
-evito por sistema operaciones-
y puede que empeore con los años.

Prefiero sin embargo este suplicio
-a todo se acostumbra el cuerpo humano-
al cese inexplicable del deseo

que dices -por mensaje- te ha vencido.

sábado, 4 de junio de 2011

Claro


Claro

Empiezo a ver la luz: me duelen tanto
las córneas como a un ciego desvendado
tras una operación queratoplástica
perdiendo ya su efecto la anestesia.

Igual que el prisionero en la caverna
del libro séptimo de 'La república'
-me ilustras como Sócrates al pobre
perrito lisonjero de Glaucón-

giré el pescuezo y me he enfrentado al fuego
-añoro la certeza de las sombras-
que estaba a mis espaldas alumbrando.

No te apagues ya más, no te atenúes,
refuljan como estrellas tus rescoldos:
empiezo a ver la luz, manchas solares

no van a estropearme este crepúsculo.

jueves, 2 de junio de 2011