martes, 28 de junio de 2011
Suerte
Suerte
Lo cierto es que ciñéndome a los hechos
no puedo ni siquiera echar la culpa
-qué mas quisiera yo...- a la mala suerte
-...tener una coartada irreprochable-.
La culpa, de verdad, es de la buena,
de la que siempre pasa por mi lado
y aparta de mi ruta a los amigos
que van siendo su objeto de elección.
No tengo queja alguna de mis padres
-que al fín y al cabo siempre han permitido
que hiciera con mi vida lo que pueda-,
ni cargo mi conciencia con pecados
que traigan el infierno en su recuerdo.
Sé bien lo que me falta y lo que busco:
la mancha inoculada de belleza.
Publicado por
Raúl Sánchez
en
17:42
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Etiquetas:
Jackson pollock,
Poemas,
Soneto blanco
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