Asideros del abismo

Asideros del abismo
Robert Crumb

martes, 16 de agosto de 2011

Estampa


Estampa

Después de amanecer, sobre la arena,
desnudos como Dios nos trajo al mundo,
curadas con la sal nuestras heridas,
perdida en la del mar mi espuma blanca,


sin nada ya que hacer más que el payaso
-quise intentar el pino, lo talaste
y al derribar mi cuerpo contra el tuyo
el agua se quedó esta vez mirando-;

no sé explicar por qué, lo cierto es que hubo
algo que se rompió en mi pensamiento
como una copa del cristal más caro:

tras el último juego te abrazaste
a mí mientras las ondas expandiéndose
ensanchaban tu amor ya rebosante,

yo pensaba en la piedra que se hundía.

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