sábado, 4 de junio de 2011
Claro
Claro
Empiezo a ver la luz: me duelen tanto
las córneas como a un ciego desvendado
tras una operación queratoplástica
perdiendo ya su efecto la anestesia.
Igual que el prisionero en la caverna
del libro séptimo de 'La república'
-me ilustras como Sócrates al pobre
perrito lisonjero de Glaucón-
giré el pescuezo y me he enfrentado al fuego
-añoro la certeza de las sombras-
que estaba a mis espaldas alumbrando.
No te apagues ya más, no te atenúes,
refuljan como estrellas tus rescoldos:
empiezo a ver la luz, manchas solares
no van a estropearme este crepúsculo.
Publicado por
Raúl Sánchez
en
19:24

Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Etiquetas:
Poemas,
Soneto blanco
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Olé!
ResponderEliminarGracias por las valoraciones!