viernes, 21 de enero de 2011
Singladura
Singladura
Uno intenta que casi no se note,
sigue yendo al trabajo cada día,
va silbando la misma melodía,
todo apunta a que está saliendo a flote.
Lo cierto es que se hunde, que su bote
va haciendo aguas, que su travesía
ha tocado a su fín, que la sangría
va extendiéndose igual que chapapote.
Se enciende ahora la luz que da sentido
-nada de religión, ni Dios, ni karma-
a este infinito errar, suena la alarma
-faro en el que estrellarse- y tu quejido
-nadie te escucha: ahórrate saliva-:
el único destino es la deriva.
Publicado por
Raúl Sánchez
en
19:06
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Ando bastante desconectado del facebook y el blog estas semanas. Me acabo de leer tus últimos poemas y este me ha gustado especialmente.
ResponderEliminarMola. Últimamente, me veo un poco así yo también.
ResponderEliminarMuy bueno.
ResponderEliminar¡Gracias a todos!
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