miércoles, 23 de febrero de 2011
Diálogo
Diálogo
-Eché mi ancla en tus labios, no te vayas
llevándote detrás mi corazón
como un amarre que ha arrancado un barco
saliendo hacia la mar a toda máquina.
-Ya no te necesito, tu perfume
dejó de ser la fuente de mi oxígeno.
Me he adaptado a tu ausencia echando branquias.
Me ahogaba y ya buceo en el olvido.
-Y cómo deprenderme del cansancio
que agota mis mermadas facultades
si el lastre es ahora el único equipaje.
-Mirémonos, espejos de miseria,
a ver quién es el listo que nos niega
que Dios nos hizo el uno para el otro
con barro que aún quedaba entre sus uñas.
Publicado por
Raúl Sánchez
en
22:56
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Etiquetas:
Pablo Picasso,
Poemas,
Soneto blanco
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