sábado, 11 de septiembre de 2010
Aquí
Aquí
Quédate aquí a vivir, entre mis brazos,
no tengo más cobijo que ofrecerte:
por techo las caricias de mis dedos
que expulsan los fantasmas de tus sienes.
Quédate siempre aquí, tienes espacio:
mis bíceps y antebrazos, tres paredes
que observas apoyada en la del pecho;
mis besos en tu cuello, la corriente.
Espera al menos a que cicatricen
del todo los zarpazos traicioneros
que asesta Dios con garras infecciosas.
No busques otro hogar más confortable:
seguro que lo encuentras y esta casa
se inunda al estallar lluvia de lágrimas
(goteras en el techo que hoy te cubre).
Publicado por
Raúl Sánchez
en
18:34
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Etiquetas:
Oswaldo Guayasamín,
Poemas,
Soneto blanco
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