sábado, 4 de septiembre de 2010
Soneto
Soneto
No quedarán mis versos cuando falte.
No quedarán, lo único que dejo.
No quedará la sombra ni el reflejo,
el más fugaz fulgor, barniz o esmalte.
No quedarán y, aunque me sobresalte
saber que nada quede, no me quejo.
Van a quedar -acéptame el consejo-
lo mismo el haragán que el gerifalte:
así que, como nada queda luego
-se seca el manantial, se apaga el fuego-
y nada mientras tanto permanece,
no observes embobado que amanece
-recibe igual el triunfo que el fracaso-
porque antes o después llega el ocaso.
Publicado por
Raúl Sánchez
en
23:18
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Etiquetas:
Doug Wright,
Poemas,
Soneto
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¿Sencillo? ¿Clásico? ¿O simplemente simple?
ResponderEliminarOpiniones, por favor.
Clásico quizá, -no suele ser tu estilo-, para mí lo mejor, el primer terceto.
ResponderEliminarbesos.
¿Que no sea mi estilo quiere decir que no lo domine? Pregunto. Me tiene un poco obsesionado de momento este poemilla, la verdad. Vamos, que estoy a esto de mandarlo todo a la mierda.
ResponderEliminar¿y eso? claro que lo dominas.... nada de mandar nada a la mierda. Escribe, tu que puedes.
ResponderEliminarPues chico, si lo hubiera escrito Quevedo estaríamos diciendo que era la polla con cebolla. Así que tan malo no será.
ResponderEliminarAlberto que se juega su doctorado je,je,je.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, hombre.