Félix Francisco Casanova (1956-1976)
No fueron, como siempre me pasa con los libros,
unos versos con cebo que tragué como anzuelo
que me arrastra sonámbulo a pagar a la caja:
fue el guión tan estrecho que separa tus fechas.
Y luego fue la foto -sobre todas las cosas-
lo que transformó el libro de lectura en fetiche
de versos que no puedo juzgar críticamente:
esa cara de ángel, tus ojos y tus labios.
Uno piensa en su vida sin llegar a los veinte,
en los versos que entonces inconsciente escribía,
en la vida que aún hoy no rasga su envoltorio.
Uno piensa en la noche que jugó a cara o cruz
el volver a su casa o tirarse de un puente
-la presión en la frente rebosando el cerebro-.
Que de haber sido cruz, otro escape de gas...
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