Se llega a cierta edad en que uno asume
que pase lo que pase nunca cambia
-al menos con respecto a lo que importa-
y tiene que amoldarse a sus defectos.
Conservará -con suerte- algún amigo
de esos que no merece: generosos,
que no juzgan, ni culpan, ni perdonan
pues no encontran motivo en tu conducta
inexplicable, errática, azarosa;
sin nada que acredite que no existe
maldad, nocturnidad o alevosía.
Mejor que no los fuerces, que los cuides,
pensar que su lealtad no es infinita.
Mejor lanzar tu verso agradecido
que la plomiza red de tus problemas.
Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarQue tengas suerte el año próximo. Te lo deseo de todo corazón.
Gracias Tere.
ResponderEliminarIgualmente.
Y gracias por el 'Bueno' a quien haya sido.
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