Fue un estoque en la curva de la nuca,
un mazazo en el cráneo fulminante,
un húmedo y glacial aire que oxida
y obstruye las bisagras de los huesos.
Fue un tabique interpuesto ante tus ojos
igual que el monolito ante los simios
por un demonio gris cuyo objetivo
consiste en anular tu inteligencia.
Fue un acabarse todo para siempre
y un volver a empezar y ya sin ganas.
Fue regeneración que se necrosa.
Fue afanarse en sorber el mar ahogándote.
Fue escupir contra el cielo en el diluvio
y acertar justo a Dios en todo el ojo.
A lo mejor es que es viernes, a lo mejor es que estoy cansado de no haber dormido mucho en toda la semana, o algo, pero ¿qué es lo que fue todo eso?
ResponderEliminarQue conste que las imágenes son estupendas, particularmente la de escupir al cielo y acertarle a dios en pleno ojo. Iconoclasta a más no poder. Pero me falta un referente anafórico.
Efectivamente, hago con tu permiso todo mío, imagen por imagen. Sólo que no fué, es.
ResponderEliminarUn beso.
Tere.
Bueno Alberto, creo que el comentario de Tere contesta a tu pregunta ¿no? De haber un referente concreto no podría cada uno arrimarse el ascua a su sardina ¿verdad? Espero que así sea. Y por cierto qué palabra más bonita 'anáfora' ¿no es así?
ResponderEliminarUn abrazo a los dos y muchas gracias.
Gracias por la valoración.
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